¿Cuánto tengo que corregir mis textos?

 

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En muchas ocasiones es difícil saber cuál es el límite que debemos tener en nuestras correcciones. ¿Acaso sabemos que nuestros textos están terminados solo cuando corregimos solo la ortografía, o cuando miramos si una coma nos falta? 

    Estas dudas y muchas más son las que ahondan a quienes se arriesgan a escribir por primera vez, sea como un ejercicio profesional de cualquier carrera, o como un libertimento sano que cada uno se impone para conocerse a sí mismo. Las razones son muchas, pero en este post, te voy a dar algunos consejos, que te van a ayudar para que logres saber cuándo tu texto ya está corregido.

    1. ¿Tiene sentido lo que escribo?

    Ya lo he dicho antes, la ortografía es esencial, pero no es lo único que se corrige. En muchas ocasiones, como corrector de estilo, he corregido texto con una ortografía perfecta, pero que carecen de una total falta de sentido. Por esta razón, lo primero que debes hacer es releer tu texto y mirar si es coherente, si tus ideas concuerdan con aquello que querías proponer. En un sentido profesional, por ejemplo, un ensayo académico no se puede contradecir a sí mismo, si la tesis se anula en el desarrollo, vuelve a escribir la tesis o plantea una salida a tu argumento.

 

    2. Tantos conectores, muchos problemas

    Este es un consejo que recibí de un profesor cuando era estudiante en la universidad. Es común que sintamos que un conector textual sea necesario para escribir, sea un cuento o un ensayo. Existen tanto conectores narrativos como argumentales, pero el exceso de los mismos, no permite una fluidez natural en nuestros escrito. Por esta razón, utiliza los conectores que sean necesarios, no abuses de ellos. Si tu texto abunda en conectores quita algunos para que tu texto sea más fluido. 

    Ahora, tal vez se pregunten, bueno ¿cómo lo remplazo? Para responder a esa pregunta, viene el tercer consejo. 

 

    3. Las oraciones son lo importante 

    Este es el secreto: todo está en la comprensión de la oración. No debemos ser profesionales en morfología y gramática, con lo que el profesor de español nos enseñó en el colegio nos vasta: un texto escrito es antes que nada un medio de comunicación (miren ahora, estoy hablando con ustedes sin siquiera pensar en la posibilidad de estar con ustedes). Ahora, para comunicar una idea mediante una oración en gramática se necesitan de dos cosas, a. un sujeto, y b. una acción que haga el sujeto, que luego se amplía con una cantidad de descripciones. 

     Ya con esto tenemos una oración coherente. 

    Les voy a poner un ejemplo, no es coherente repetir hasta la eternidad la palabra Juan, sin embargo, si decimos Juan corre, ya podemos hacernos una imagen en nuestra cabeza, más cuando Juan corre hacia el parque.  

    Si queremos corregir nuestros textos, debemos poner mucha atención cuando releamos nuestros textos, para ver si cumplimos con esa norma básica de coherencia.

 

Conclusión

    Releer, releer y releer. Cuando escribimos es natural que cometamos errores, pero mientras tengamos el hábito de volver a leer nuestros textos, vamos a ver los errores que cometemos y las ideas que nos faltan por agregar. No se preocupen si a la primera no la cogen, yo por ejemplo he agregado más cosas en la relectura de este post. Sin embargo, no se les olviden estos tres consejos: 1. ¿Tiene sentido lo que escribo?, 2. ¿Mi texto tiene muchos conectores? 3. ¿Respeto la estructura de la oración, y logro esa coherencia?