Filosofía y belleza en la obra de Thomas Mann

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El ser humano, hundido, poco a poco evidencia su tan peligroso mundo interior. Evidentemente hay un círculo intrínseco que mira hacia nosotros. Por ejemplo los sueños son representaciones de nuestro inconsciente; en donde se alojan nuestros deseos ocultos y nuestros diferentes conceptos de realidad. Teniendo un pequeño marco como este, tomo la pregunta que me interesa tratar. ¿Qué tiene que ver esto con Tomas Mann y su obra la muerte en Venecia? Pregunta importante; pero primero hay que partir de la lectura. Un escritor frustrado va a Venecia a buscar inspiración. Anteriormente Aschenbach -el protagonista- había ido a esta hermosa ciudad, pero ahora la encuentra fundida en un matiz oscuro. Él estaba desprendido de su vida, y como todos los escritores con pérdida de inspiración, busca un lugar en donde su corazón encuentre lo que tanto anhela. Aschenbach alquila un hotel para pasar los días; comiendo y bebiendo en el lugar. Me sirvo de esta caricatura para decir que hubo algo que cambio en su estado de ánimo; que el observar para él, se transformó en el canto matutino o en la vista al mar. Todo su mundo despertó el día en que vio al bello joven, rubio, de once años, que caminaba con un delicado vestido de marinero. Por mi parte deseo pensar que Tadzio -que así se llamaba el niño- era tan atractivo que le devolvió a él la vigorosa pasión por vivir. Por el cual en situaciones anteriores, en la misma precariedad lo conllevaba a estar ahí, cerca de él, de su inspiración. Al final, gracias a la peste de la ciudad el enferma (llego a suponer que la enfermedad era lo de menos). Y pensar que el escritor (afanado por amar, por contemplar la belleza o solo para recuperar su inspiración) se encontraría con la muerte, es algo que todavía hoy, luego del paso de los años aun no logro entender. Si, el murió, y de la peor forma; mirando el ocaso mientras ve pasar sus últimos minutos amando al niño que lo asesinó con su hermosura. Muchas personas confunden esto. Hablan de manera apresurada proclamando una tendencia sexual en Aschenbach. Por mi parte creo que esta visión es bastante equivocada, y es ahí en donde la tesis principal de este corto artículo resplandece. La belleza es una expresión humana y también un símbolo de poder. Una filosofía aposteri de la vida o un encantamiento. Bien, parece que todo llega a tener sentido; pensar en la belleza es delimitar mi vista hacia la finalidad; ver el encanto que no solo inspira, sino que devuelve la vida; la fórmula omnipotente para caer en la locura y el fuerte placer que hay en saber que se existe. Ya lo hice notar, el ser humano hace un intento casi "sobre humano" por saber quién es. Por esta razón cada humano está compuesto por dos mundos; cada mundo es la manifestación de las almas que la preceden. La belleza se manifiesta en lo interno, pero es gracias a la idea que está fuera de mí.
La belleza es la unión entre estas dos realidades (la externa y la interna). La belleza es una cuestión de elección y de valor (Todo lo bello es bello porque el sujeto, o sea el "yo" elige que así sea. En el caso que una mujer parezca hermosa, si es hermosa, es porque ha sido mi elección. Lo elijo así, y aunque para muchos no parezca hermosa yo le di mi valor, eso la hace hermosa). Tadzio era el ideal de belleza perdido. Verlo era como recobrar su talante de escritor joven. Cada uno tiene su Tadzio, (yo lo tengo). ¿Será que cada que uno tiene su Tadzio? El lector no debe sospechar de esta lúcida duda. Y debería escribir más sobre esto, pero no alcanzo a imaginar lo que sería de todos si Tadzio no existiera. No vale la pena acabar tan rápido un ensayo que hasta ahora ha sido particular y sagas. Además, de alguna u otra manera, parece que mi voz deambula por las mentes que leen este ensayo.
Hablemos un poco de la muerte. La muerte también puede ser bella; aunque tal definición parezca tediosa: La muerte y lo bello. Muchos pensadores han reflexionado al respecto; alumbran el camino de las almas que vagan tras los libros, que buscan o encuentran un sentido. Para Platón por ejemplo la belleza se conforma por lo armonioso y bueno. Cosa que terminó en la pedantería de definir siglo por siglo, que lo bello es un valor absoluto. Scheller por el contrario piensa que la belleza es un concepto subjetivo relacionado con el sujeto. Para él, la belleza depende del "Yo", de mi mismo y de la concepción cultural que tenga. Además hay algo de voluntad en su sentencia, dado que lo bello está conformado por los sentimientos y la inteligencia. Para Scheller, no todo ser humano está dotado de apreciación, porque no todos son inteligentes a la hora del ver lo bello. Entonces ¿Será que la muerte también es bella? Bueno, es bella si la entendemos. No como un precio por nuestras dádivas, o la condena por nuestros pecados, sino por el afecto tan inquietante que hay hacia lo misterioso. Ernesto Sábato en una entrevista dirá que nadie sabe lo hay después de la muerte, y tiene razón. Eso es lo que hace de la muerte algo hermoso; aunque hay otras mentes que opinan lo contrario. Por ejemplo Ricoeur dice que vale más reflexionar sobre la vida misma, pues la vida la conocemos, la muerte no. Pero no debemos desconocer la obra de Tomas Mann. En la muerte en Venecia, la muerte se encuentra como una finalidad de lo que termina. Un desconsuelo por no tener la belleza de su lado. Y luego de tanto rodeo llego a la simple conclusión, de que Venecia como ciudad, termina siendo el escenario en donde -a pesar de las opiniones y doctrinas- la muerte, la belleza y la duda se unen para enseñar a estás mentes tan desprovista de claridad, que no hay nada más ingenuo que creer en la misma ingenuidad. 
El paragón salta a la vista: la belleza es fuente de inspiración. Este pobre escritor ve en Tadzio la representación ideal de la belleza. Llega la muerte, y él no quería dejar de verlo. Sentía vigor y deseos de escribir. Veía el mar con inspiración, absorto en sus pensamientos. Hasta visitaba con insistencia a su peluquero, para que le arreglara el cabello, y poder así opacar su vejez y desaliento ante la perfección física de la juventud. Así termina todo. Y este ensayo, es la apoteosis de la vida. Todo comienza y todo termina. Yo me siento cansado hasta de escribir; y cuando termine mi última línea, enfermo y absorto en la belleza, entenderé que todo en la vida termina, en la débil contemplación de lo uno fue en su juventud.


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